lunes, 7 de septiembre de 2015

El lenguaje y la limitación del pensamiento



Toda forma cultural o social, toda norma o valor socialmente compartido en un grupo determinado, sirve tanto como un marco de acción para el desarrollo de cada unx de nosotr@s del mismo modo que sirve como plataforma a traves de la cual pensamos y actuamos en el mundo.




Cada norma, cada valor, o cada sistema de normas y valores siempre implica una constricción al accionar individual, en la medida en que sirven como "reglas de juego" que todxs conocemos y que todxs esperamos que los demás conozcan. Cuando hablamos con otrx lo hacemos de una forma determinada, con un lenguaje determinado y cumpliendo -queramos o no- con reglas y formas expresivas y gramaticales que, existiendo antes que nosotros mismos, se nos impusieron al nacer y en mayor o menor medida moldearon nuestra forma de expresarnos antes el mundo.




Mas allá de la discusión acerca de si el lenguaje en si mismo implica una limitación en el sentido de la problemática que se genera al comparar lenguas distintas, lo que interesa en todo caso es remarcar que del mismo modo que incorporamos de forma cuasi natural un sistema de expresión que posee acumulando dentro de si todo un conjunto de conocimientos, lo reproducimos a su vez en la interacción diaria.




Las posibilidades que se abren ante esta perspectiva son amplísimas, y muchas veces bastante tenebrosas. Entender que toda nuestra forma de pensar, desde los modos en que razonamos hasta el modo en que hablamos, y por ende el modo en el cual expresamos nuestros pensamientos (y pensamos) fue constituida socialmente, puede significar un golpe muy fuerte que puede trasladarnos a la duda cartesiana existencial.




La manipulación de las palabras como manipulación del conocimiento social resultó magníficamente expresada en la ya clásica novela de George Orwell "1984". La formulación en laboratorios de la "Neolengua" constituía uno de los ejes primarios del mundo totalizador debido a su importancia como guía de los alcances del pensamiento:




"¿Qué justificación tiene el empleo de una palabra sólo porque sea lo contrario de otra? Toda palabra contiene en sí misma su contraria. Por ejemplo, tenemos "bueno". Si tienes una palabra como "bueno", ¿qué necesidad hay de la contraria, "malo"? Nobueno sirve exactamente igual, mejor todavía, porque es la palabra exactamente contraria a "bueno" y la otra no. Por otra parte, si quieres un reforzamiento de la palabra "bueno", ¿qué sentido tienen esas confusas e inútiles palabras "excelente, espléndido" y otras por el estilo? Plusbueno basta para decir lo que es mejor que lo simplemente bueno y dobleplusbueno sirve perfectamente para acentuar el grado de bondad... ¿No ves que la finalidad de la neolengua es limitar el alcance del pensamiento?" (1984, Capitulo 1)




:: La limitación del alcance del pensamiento.




En si mismo todo lenguaje implica una limitación del alcance del pensamiento, pero esto siempre es así en la medida en que el lenguaje ES la posibilidad del pensamiento. Resultaría imposible pensar sin un lenguaje, todo lo que expresamos, ya sea para dentro de nosotrxs mismxs como hacia el afuera, lo hacemos por intermedio de palabras que articulan nuestros deseos, y que en cierta medida hasta llegan a moldearlos.




La existencia de opuestos en cada palabra garantiza el significado de la palabra misma. ¿Que significaría "bueno" sino es en relación dialéctica con "malo"? Ambos conceptos no pueden separarse y tienen sentido en la medida en que existe el opuesto, lo "bueno" depende de lo "malo" y viceversa. Esta mutua dependencia hace que cualquier cambio en la concepción de "bueno" tenga repercusiones en las ideas acerca de lo "malo".




El problema del lenguaje nace justamente a partir del intento de definir, mediante palabras, objetos abstractos, inaccesibles a nuestros sentidos. Cuando a un/a niñ@ queremos explicarle que es una "pelota", le repetimos fonéticamente "pelota" al tiempo que le señalamos una pelota, armando una relación lógica entre lo que "es" y lo que "existe" que permite la definición del concepto.




¿Pero que sucede cuando tenemos que explicar una palabra como amor? ¿Cómo saber si la otra persona puede REALEMENTE entenderme cuando le explico que es el amor? De hecho, no hay garantías de que así sea, y lo mas probable es que cada unx de nosotr@s tenga una noción particular del concepto, individual en si misma, pero dentro de marcos de relación que hagan posible la interacción y que "por ejemplo-, dos personas "se amen". Cuando un@ dice a otr@ "te odio", ¿que es lo que está diciendo? ¿Cómo saber si el/la otr@ me está entendiendo? Lo más probable es que cuando alguien dice "te odio", o expresa cualquier sentimiento, la persona receptora busque dentro de si misma experiencias anteriores o enseñanzas diarias acerca de sensaciones que hallan tenido que ver con "odio", y para ello es necesario que la misma persona haya experimentado su opuesto (amor). Obviamente, tal búsqueda la mayoría de las veces será inconsciente, sino cualquier forma de interacción sería imposible y un diálogo con tres palabras podría durar horas.




Entonces, el manejo de conceptos se convierte en clave para el manejo de la información y de las aspiraciones que tenemos como personas. En los medios de comunicación masiva, los distintos emisores compiten constantemente por la elaboración y resignificación de conceptos que muchas veces resultan atrozmente opuestos: que relación simétrica podría existir, por ejemplo, en la palabra "libertad’, de acuerdo al concepto de un/a pres@, y de acuerdo al concepto de un/a torturador/a.




Refiriéndome particularmente a la situación en Argentina, el concepto de "Democracia" ha jugado un papel central en la construcción del imaginario colectivo y en la formulación de metas y proyectos, objetivos y caminos. (...)




La elaboración de la dicotomía resultó bastante sencillo. Si el pueblo no quería dictadura, entonces quería democracia. Y si alguien, alguna vez "atentaba contra los intereses de la democracia", era porque implícitamente estaba necesitando un gobierno dictatorial. No hay chances ya de salirse de ese esquema lógico. O una cosa u otra.




Lo que queda por allí escondido no es ya la "mano dura" ni la "libertad en democracia", sino la idea misma de gobierno. (...)




Hoy día, resulta prácticamente imposible plantear una discusión o debate en otros términos que los estatuidos por el marco de democracia-dictadura. Cualquier situación de protesta hacia la democracia es siempre entendida como un llamado a la dictadura.




La necesidad de abrir un nuevo campo de debate no se logrará reproduciendo las mismas lógicas de dominación, porque el mundo que queremos está mucho más allá de todo eso.




Texto completo en: http://www.lahaine.org/el_lenguaje_y_la_limitacion_del_pensamie

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